Las tres de la mañana de otro lunes loco Buscando en el cuaderno lo que nunca fue, Él sabe mis infiernos cuando me equivoco, Él tiene entre sus páginas presa mi fe, Divago entre palabras que me crecen solas, Que danzan a su antojo en este caos mental, El mago de la letra, el que ya no vuela, Las flores donde piso vuelven a brotar, silencio en este esquivo paraíso, El agua entre las rocas dibujó un camino nuevo, Filtrando los recuerdos y los beneficios. Yo voy al precipicio lo que Dios va al cielo. Señor de los desiertos, de los páramos que decorar, Pincel a corazón abierto, pluma que me hace volar, Lágrimas que riegan soles, vida está ahí delante Y de tanto intentar entenderla la he vuelto a olvidar, Un instante, todos juntos, un pasillo hacia mis miedos, El tedio marchito del verso que me ha puesto serio, Una noria para el alma que se ha ido de vacaciones Mi sueño en una playa donde nievan mis letras Una historia entre mis manos arrugadas y fugaces, Estrella que me muestra el norte, los bellos paisajes, Doncella que me besa con paciencia y con dulzura, La magia de otros mundos brotando de mi escritura...
No leemos y escribimos poesía porque es bonita, Leemos y escribimos poesía porque pertenecemos a la raza humana Y la raza humana está llena de pasión, La medicina, el derecho, el comercio y la ingeniería Son carreras nobles y necesarias para dignificar la vida Pero la poesía... Son las cosas que nos mantienen vivos, Eres como el eco desde el Atalaya, Academia y cemento, ungüento y metralla, Un beso entre la tormenta y la playa, El canto de una viuda recordando la batalla, Acallas mis demonios a la par que los despiertas, Desordenas mi escritorio, me haces caminar a tientas, Dichosos sean los folios que nunca tuviste cerca, Pues jamás descubrieron las fauces de un alma hambrienta, Tallado en una piedra milenaria Volaste hasta la oscura cicatriz de una cesárea, Estás en el perfume de la nobiliaria Y en el papel arrugado de la chaqueta del paria, Mi piel destila calma cuando tus dedos la rozan Una alianza entre la lanza y la rosa Me ofreces tu confianza, una andanza esplendorosa Cuando danzas sobre el folio regalándome otra escritura Luz manando del vientre del campo santo Te encuentro en las salinas de mi llanto En la voz de Euterpe dando a luz a un bello canto Y en la puerta cochambrosa del retrete de aquel antro. Y aunque quieran silenciarte y te aten de pies y manos tú sigues pintando surcos en la frente del anciano tú, que me empujas a un lugar lejano y haces que sea inmortal convirtiéndome en humano...
No preguntes por qué lo hago, porque ni siquiera yo lo entiendo, solo siento que estoy vivo cuando escribo y eso es todo, Nunca me fijé en el cielo porque aprendí del infierno, Que las mejores lecciones nacen cuando uno está solo, Que si muero será haciendo lo único que me da vida, Que mi vida sin la letra es saltar sin paracaídas Que la ida hacia la tumba no me asusta, estoy tranquilo Porque yo solo soy letra y sé que ella está conmigo si soy fiel a la escritura es porque tenemos un pacto, Yo jamás la prostituyo y ella me da plenitud, Tengo vacías mis manos y lleno el espíritu, No es mi virtud, es mi pasión, mi cura, mi parte oscura, Ninguna mujer comprendió jamás mi amor a esta locura, Quizá es que nunca entendieron lo que siento ante la pluma, Un puñal, un bolígrafo es la única ayuda, Esta es mi cárcel, mi prisión de oro, Mi nada y todo, el lugar donde acudo cuando me rompo y me siento solo ¿Cómo explico al mundo entero el amor que siento por esto? Tú eres la paz que no encuentro cuando me pierdo entre el resto...
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